La historia de Rhoda Wyatt.

El año pasado dediqué algún tiempo a investigar la historia familiar de mi cuñada Susie. En el camino descubrimos algunas historias memorables, incluida la de Rhoda Wyatt (1830-1910).

El tatarabuelo de Susie fue William Wyatt (1799-1867), un terrateniente en Somerset, Inglaterra, en el siglo XIX. Tuvo siete hijos con su primera esposa, la mayoría de los cuales terminaron en Estados Unidos. Uno de los hijos fue el tatarabuelo de Susie, Philip Wyatt (1821-1892), un personaje real que se casó con tres mujeres llamadas Elizabeth: la primera por amor, la segunda por amor y la tercera por su dinero.

Además de estos siete, William crió a otra niña llamada Rhoda Wyatt, una huérfana que fue adoptada por sus tíos y criada como un miembro más de la familia.

Rhoda tuvo una infancia feliz. Pero cuando murió su madre adoptiva, Philip trajo a la casa una nueva mujer, que pronto se hizo cargo a su manera. Luego, una de las hermanas de Rhoda se casó con el hombre del que Rhoda estaba enamorada, el carnicero local George Salter, y se mudaron a Estados Unidos. Rhoda debió haber pensado que su vida había terminado.

Pronto se le dio una inesperada segunda oportunidad. Su hermana murió poco después del nacimiento (y muerte) del segundo hijo de George. El afligido viudo escribió una carta al padre de Rhoda preguntándole si a alguna de sus otras hijas le gustaría venir a Estados Unidos y ocupar el lugar de su hermana muerta, casándose con George y criando a su hijo superviviente. Rhoda aceptó rápidamente y pronto se convirtió en una nueva novia en Estados Unidos.

Pero 16 años y tres hijos más después, quedó viuda poco después del Gran Incendio de Chicago de 1871. Anhelaba la vida agrícola que amaba cuando era niña, por lo que decidió hacer las maletas y comprar una granja lechera en el condado de Brown, Wisconsin. Cerca vivía un veterano de la Guerra Civil llamado James Black, un granjero rico que nunca se había casado. La hija de Rhoda, una joven casamentera de todos los tiempos, logró persuadir a su madre para que hiciera una colcha para un postor anónimo para una recaudación de fondos de la iglesia. Le sugirió a su madre que “Anillo de bodas doble” sería un hermoso patrón de colcha. Cuando la colcha estuvo terminada y el soltero buscó a su vecino, todos se sonrojaron ante el nombre del patrón… pero pronto siguió una boda. Rhoda y James vivieron felices para siempre.

Rhoda dejó un diario, que fue descubierto muchos años después y convertido en una novela titulada Anillo de bodas doble– ahora agotado – escrito por Patricia Wendorf. (La autora cambió “Wyatt” por “Graypaull” en su libro). Compré una copia usada en amazon.com el verano pasado. Es una historia maravillosa, tanto más porque es cierta.